sábado, 28 de junio de 2014

Si me preguntáis por qué...

                El conocimiento brota casi con el despertar de nuestros sentidos, y quizá es lo único que no se detiene jamás. Avanza más rápido incluso que nuestra capacidad de construirnos una vida en la que permanecer pues a veces sabemos más de lo que tenemos y aprendemos a estar mejor con nuestra mente que en el mundo tal como es. Porque todo lo que albergamos en ese recinto tan especial es un material que no se desgasta sino que se va ensamblando con el tiempo y nos guarece de la tormenta que en ocasiones se desata ahí fuera. Aquí me veis, a mí que he guardado poemas, música y letras, imágenes, pensamientos, películas, etc., los he guardado porque los encontré en alguna parte o porque alguien me los entregó. Entonces, lo que yo quisiera es depositar en las personas este tesoro para que les acompañe en cualquier circunstancia y les facilite a su vez sobrevivirla. Ayuda sentirse lleno de vida, reconstruida de forma reflexiva a partir de todo lo que percibimos y asimilamos. Nos conmociona aprender e integrar, y envolvernos en el barro de la sabiduría para suavizar el combate con el entorno. Expresando yo a los demás todo esto que creo que sé me dispongo a movilizar su historia personal, en la que consta no todo lo que nos ocurre sino lo que despierta en nosotros esto que ocurre, partiendo siempre de una forma de comprensión propia, de un modo de representación único y original.

                 Una escuela, me propongo una misión que tiene lugar en nuestro encuentro, alumn@ y profesora junt@s avanzando hacia el conocimiento, un camino que emprendemos de la mano, por el que transitamos sin estar un@ por delante del otr@. No es que yo pretenda demostrar que sé sino facilitar que mi alumn@ sepa trepar a su mente y despejarla hasta el punto de que en ella encuentre cómo resolver las cuestiones, las dudas e incógnitas que encierran los libros y las disciplinas que ha de estudiar.

              Y bien, como he experimentado en cada alumn@ una forma de inteligencia y de sensibilidad valiosísima, siempre diferente, lo que procuro es que reconozcan en ell@s mism@s la mejor fuente de discernimiento y que hagan de sus propias manos herramientas para decodificar la realidad. No hay nadie mejor que un@ mism@ para explicarse las cosas, de ahí que mi labor consista en insuflar confianza y respeto hacia lo que uno es y puede llegar a ser. Los libros, la cultura y el aprendizaje son tan solo el soporte necesario que hace posible nuestro crecimiento. Pues que no les falte este soporte, entreguémoselo. Porque nos construimos hacia fuera pero desde dentro, las raíces de todo lo que dejamos ver y a todos sirve se hallan en el interior, por qué no decirlo, en nuestro corazón. Que no late con igual intensidad en todos los momentos; pues ahí está lo que yo pretendo, avivarlo, arritmarlo, y no dejarlo morir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario