Tengo que insistir en eso de que es importante ayudar a los alumnos a que se atrevan a participar activamente en el grupo y a preguntar las cuestiones que les surjan a raíz de las explicaciones de l@s prof@s. Es cuando nos exponemos a interaccionar con los demás cuando hacemos uso no ya de nuestros conocimientos curriculares sino de nuestra habilidad para resolver una situación, guiados de nuestra inteligencia. Lo que nosotros sabemos es poco y es lo mismo de siempre, tenemos nuestros esquemas de conocimiento hechos a nuestra medida, y lo que pasa cuando dialogamos con los demás es que descubrimos nuevas formas de pensar, de vivir, de ser, etc. y esto nos descoloca; pero como decía Piaget, después se recupera el equilibrio, habiendo incluido en nuestros viejos esquemas todo el nuevo aprendizaje. Igual que no nos construimos solo con nuestras manos, porque es inestimable la aportación que los otros hacen a cuenta de nuestra elaboración como personas, nuestro aprendizaje de conocimientos se construye compartiendo con los otros lo que sabemos e incorporando toda la diversidad que radica en nuestra sociedad, lo que son nuestros compañeros de viaje. En grupo la meta es que el grupo salga enriquecido como tal, ni que decir tiene que el enriquecimiento personal va de la mano. Pero está bien que a veces cumplir nuestros objetivos suponga aceptar la interdependencia, abrir nuestra experiencia a los otros para que surjan conflictos, cuya resolución es un triunfo a todos los niveles. Nuestro rendimiento de partida crece potencialmente en la medida en que trabajamos en grupo, considerando esto como Zona de Desarrollo Próximo, porque los demás se convierten en apoyo y sostén de nuestras experiencias de aprendizaje, ya sea vital o curricular. Y bastan a veces dos personas para que esta situación sea factible, por eso yo soy profe de apoyo.
Claro que se sabe que muchas veces, al crearse un grupo, se está dando la oportunidad a ciertos alumnos de que monopolicen el transcurso del trabajo. Por otra parte, tantas veces hay a quien le toca encargarse de hacer el trabajo, mientras que los demás solo dicen escurridizos que ellos no saben tanto... Pues bueno, como educador@ será mejor estimular la lucha entre ellos, para que no acepten situaciones que les son desfavorables, y motivarles también a ser ellos expertos en alguna materia y poder enseñársela a otros que se consideran sus iguales. Vamos, yo hasta les digo que ellos son los profesionales en la materia y que estoy muy interesada en conocerla... No creo que sea lo más adecuado dirigirles desde fuera porque en ese grupo nace algo propio, que es genuino, y no se puede manipular, si bien creo que alguna intervención orientativa puede darse como válida, además de un análisis posterior al trabajo con los alumn@s, para que se puedan rescatar aspectos valiosos del trabajo en equipo y a su vez descartar las opciones que conducen al riesgo de individualización, como vía de escape.
A esto lo voy a llamar aprendizaje cooperativo o colaborativo, que más o menos quiere decir lo mismo.
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